Serie de TV: THE HANDMAID'S TALE


Hoy en día las distopías que vemos en algunas series como Black Mirror no parecen tan alejadas de la realidad como deberían estar. Y lo mismo sucede con la distopía presentada en The Handmaid's tale, basada en la novela homónima de Margaret Atwood. Exagerada para unos y realista para otros, la historia nos cuenta como el extremismo cristiano es capaz de derrocar la democracia occidental en pleno EEUU sin apenas despeinarse. 

La serie oscila inteligentemente entre el pasado y el presente. En el presente tenemos a Offred (Elizabeth Moss), una mujer que ha sido convertida en una especie de esclava sexual de uno de los comandantes o dirigentes del gobierno teocrático (Joseph Fiennes). A raíz de la decadencia del planeta y del cambio climático, las personas (hombres y mujeres) han dejado de poder reproducirse, son en su mayoría estériles (la referencia a Hijos de los hombres es inevitable). Sin embargo, aún hay algunas mujeres que puede quedarse embarazadas y son perseguidas hasta ser convertidas en los "úteros" de los gobernantes. Las consecuencias de no quedar embarazadas pueden ser terribles, y sin duda sería culpa de ellas. Jamás de los hombres. No olvidemos que estamos ante un país gobernado por un partido ultra cristiano y conservador en el que la Biblia, o su loca interpretación de ella, es la ley. 


A través de una serie de flashbacks, nuestra protagonista, cuyo nombre es en realidad June, recuerda su vida anterior. Ante sus ojos y los del resto de la población verá como su vida como mujer independiente va desintegrándose poco a poco. La nueva sociedad prohíbe cualquier cosa que no comulgue con sus valores conservadores y misóginos. Las universidades cierran, los libros se prohíben, la ciencia ya no importa si no es para conseguir que estas mujeres queden embarazadas.

La serie es sencillamente espectacular. El guión es buenísimo y la tensión que va creciendo conforme pasan los episodios llega a ser insostenible. La ambientación también es una gran aliada de esta producción, pero son sus actrices las que dan todo de si mismas y crean personajes inmortales. Elizabeth Moss hace un papelón. Como protagonista lleva casi todo el peso y su interpretación contenida contrasta con sus pensamientos. El espectador puede escuchar su odio, su frustración, su asco hacia una situación que se le antoja imposible. Aquí hace posiblemente el papel de su vida, sin dejar atrás a su Peggy de Mad men, y su Robin de Top of the lake. Las secundarias la siguen de cerca. Alexis Bledel como Ofglen ya no es la Rory Gilmore recatada que todos recordamos, es una rebelde inconformista; y Samira Wiley está maravillosa y misteriosa en el papel de Moira, la mejor amiga de June. 


Pero no todas las mujeres son víctimas, algunas colaboran en este machista y terrible régimen como la terrible y celosa mujer del comandante, Serena (Yvonne Strahovski), que incluso ayudo en su fundación, aunque sin pensar en las consecuencias para si misma, pues no deja de ser una mujer.

La novela publicada en 1985 no se aleja tanto de la realidad de algunos países hoy en día... The handmaid's tale puede que sea la serie revelación de este año. Una serie que habla con ira de la fe ciega, de la violencia enmascarada como algo necesario y del radicalismo religioso como uno de los peligros de nuestro tiempo. Una serie de visionado obligatorio, feminista y radical, hará las delicias de aquellos cinéfilos y seriefilos con ganas de algo diferente y sumamente intrigante.

Nolite te bastardes carborundorum, bitches!


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