Serie de TV: VICTORIA


Para todos aquellos que echen de menos Downton Abbey y estén esperando a que salga la nueva temporada de The Crown, esta es vuestra serie. Daisy Goodwin, la creadora de la serie y su guionista, es a su vez novelista. Su novela Victoria, en la que está basada la serie, parte directamente de los extensos diarios que escribió la propia reina, quien tuvo una larga e interesante vida.

Es cierto que quizás no se pueda considerar la serie más precisa históricamente hablando. Sus licencias probablemente enfadaran a los más puristas, sin embargo el conjunto es más que aceptable. Podemos perdonarles que todos sean mucho más guapos que los personajes reales, la propia reina Victoria no era ni la mitad de guapa que la actriz que le da vida (Jenna Coleman); y su relación con el primer ministro Lord Melbourne (Rufus Sewell) nunca fue más allá de una relación de amistad con alguien que podría haber sido su padre. A parte de todo esto, la serie es magnífica. Ninguno de estos aspectos desmerece su visionado.

El elenco de actores es uno de sus fuertes. Jenna Coleman, conocida por aparecer en la serie Doctor Who, cambia de registro retratando a una de las reinas más longevas del Imperio Británico, papel que le va perfecto. Tom Hughes está encantador y cautivador como el príncipe Albert, y su química con Jenna Coleman hace que desde el primer momento salten las chispas que debieron de saltar en la vida real. Lo cierto es que me encanta el personaje del príncipe Albert. Le da vidilla a la serie y a la vida de la reina, lo que probablemente sea cierto. No mucha gente tenía la suerte de encontrar al amor de vida en la persona con la que todo el mundo se empeñaba que se casara. 


El largo reinado de Victoria se va desgranando poco a poco. Comenzando por el mismo día en el que este empieza tras la muerte de su tío, y va avanzando, resaltando los acontecimientos políticos importantes que hubo en torno a su figura así como su vida personal, marcada irremediablemente por ser una mujer joven en pleno siglo XIX. Pero no todo gira en torno a ella, al igual que en Downton Abbey, y que en Arriba y Abajo, aquí también hay algo de historia sobre los sirvientes de palacio. Es algo que ya no se va a poder evitar introducir en las series de época de este estilo, y es, además, algo que estaba presente históricamente, pues las diferencias de clase eran muy grandes, y más en este caso tratándose de una serie sobre la realeza. 

Lo cierto es que la serie tiene todas las papeletas para ser un éxito dentro del género y la calidad de su guión y de toda su puesta en escena son claves para ello; como sucede siempre con los dramas de época. Sin duda, merece la pena, y estoy deseosa de que se estrene la segunda temporada. 

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