LA FUENTE DE LAS MUJERES de RADU MIHAILEANU (2011)

En un pequeño pueblo bereber, la tradición exige que las mujeres sean las que tienen que realizar todas las tareas domésticas. Una de ellas supone un peso demasiado grande para sus espaldas, pues deben subir la montaña por un escarpado camino hasta la única fuente del pueblo, para después bajar cargadas con los cubos. Este trabajo lo han de hacer todas las mujeres, sin importar su condición o si están embarazadas. La mayor parte de ellas ha sufrido más de un aborto durante el trayecto. Este hecho no parece importar a sus vagos y retrógrados maridos, que dedican el día a jugar a las cartas y fumar. Leila, una joven recién casada con el profesor del pueblo, incita a las demás a iniciar una huelga de sexo hasta que sus maridos se decidan a mover un dedo por ellas. 

El film ha sido tildado de poco verosímil, sin embargo está inspirada en un hecho real que sucedió en 2003 en Liberia. Leymah Gbowee convenció a la asociación de mujeres en la que trabajaba para hacer una protesta no violenta, que incluía una huelga de sexo, para terminar con la guerra que asolaba su país. Fue el inicio del fin del conflicto y en 2011 le dieron el premio Nobel de la Paz. También, según el director, hunde sus raíces en el mito de Aristófanes, "Lisístrata", en el que las mujeres griegas se niegan a acostarse con sus maridos a menos que ponga fin a la guerra.

Así pues, a pesar de su carácter evidentemente optimista, la película está llena de virtudes. La preciosa fotografía crea matices entre los ocres de la tierra y los coloridos vestidos. Las interpretaciones son estupendas, llenas de naturalidad, especialmente en el caso de la protagonista. Es cierto que los personajes están algo estereotipados, pero ello no resta verosimilitud a lo que se nos intenta contar.

El dramatismo de la historia se ve compensado con ciertos toques de humor. Las conversaciones entre las mujeres pueden llegar a sacar más de una sonrisa. En mi opinión este es uno de sus mayores logros, junto con mostrar a este grupo como las rebeldes que son, luchando por la igualdad que merecen, demostrando incluso al Imán del pueblo que su causa es justa.