FIESTA DEL CINE: La chica del tren y Florence Foster Jenkins

Una vez más los cines se han llenado gracias a la fantástica fiesta del cine. Y sigue siendo evidente que a la gente le gusta ir al cine, pero no teniendo que pagar los 8 euros y pico que vale normalmente. Esta vez he ido a ver dos película totalmente opuestas:

- LA CHICA DEL TREN de Tate Taylor


La verdad es que tenía muchas ganas de ver esta película porque el libro lo tuve que dejar (y eso que yo jamás dejo un libro a medias). Me estaba aburriendo y resultando insoportable, de modo que lo abandoné sabiendo que podría enterarme del final yendo a ver la película. Y así ha sido. El hecho de que estuviera protagonizada por Emily Blunt le daba puntos, pues me encanta esa actriz. 

La historia trata sobre Rachel, una mujer divorciada y alcohólica que todos los días pasa con el tren por el barrio en el que vivía antes, y sigue muy atentamente la vida de una pareja que vive cerca de su antigua casa. Los tiene como si fueran la pareja perfecta, pero un día ella desaparece sin dejar rastro. Rachel está ya tan implicada que termina metiéndose de lleno en el asunto ya que ansía saber que le ha sucedido.

Está rodada francamente bien. Los flashbacks funcionan perfectamente y en ningún momento se pierde el espectador, está montada de forma muy inteligente. El tren casi parece un protagonista más de la película. Personalmente, creo que el guión ha mejorado las carencias del libro, que resultaba demasiado tedioso y agobiante en el mal sentido. Los actores están a la altura de las circunstancias, especialmente Emily Blunt que aguanta esos primeros planos y transmite la desesperación de una mujer que no levanta cabeza.

En resumen, es una buena película. No es la historia más original que se ha escrito, las razones por las que el libro se ha convertido en un best seller siguen siendo un misterio para mi. Sin embargo, el film está bien llevado en todos los aspectos, y mantiene la tensión en todo momento para que se convierta en un verdadero thriller.

- FLORENCE FOSTER JENKINS de Stephen Frears


En un registro completamente diferente está la última película de Meryl Streep, que interpreta a una mujer patética y ridícula pero a la vez entrañable. Florence Foster Jenkins fue una persona real, una mujer que vivía para la música y que estaba empeñada en ser cantante de ópera. Para bien o para mal, todos a su alrededor no hacían nada para sacarla de su error, pues estaba convencida de que era una virtuosa del canto. Su segundo marido, St. Clair Bayfield (Hugh Grant), pagaba bien a todo el mundo para que ella permaneciera protegida bajo su manto de ingenuidad.

Tras la apariencia de comedia, nos encontramos con el verdadero drama de esta pareja tan peculiar. Sus ansias de dejar huella en el mundo del espectáculo dieron sus frutos desde luego, aunque con resultados diferentes a los pensados, pues cuando se escucha cantar a Florence lo único que se puede hacer es soltar una carcajada. O más bien desternillarse hasta revolcarse en el suelo. En el film, esto es gracias al virtuosismo de Meryl Streep que borda en papel una vez más. Hugh Grant está encantador y sigue siendo entrañable verle poner sus mismas caras de siempre.

Otro personaje que resulta divertidísimo es Cosme, su pianista, interpretado por Simon Helberg, nuestro adorado Howard de The big bang theory. Ese actor es buenísimo, siempre lo he pensado, pero aquí está brutal, cada vez que le enfocaban me daba un ataque de risa. 

Bueno ver para creer, la historia de esta mujer. Estábamos todo el cine muertos de risa. Muy recomendable. La próxima vez la veré en versión original que seguro que gana mucho. 

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