MAD MEN: el fin de una era

(Esta crítica NO contiene SPOILERS de ninguna de las temporadas)


Cuando una serie llega a su final, no nos queda sino recapitular, y hacer balance. Decirle adiós a Mad Men va a ser como dejar marchar a un viejo amigo. Algunos la consideraran tediosa y lenta, una de esas series en las que no pasa nada, y a la vez pasa de todo. La serie comenzó mostrándonos la vida de los publicistas neoyorkinos de Madison Avenue en los años 60, pero detrás de todo ello hay algo más... Mad Men disecciona una época concreta y al ser humano en general, al que hace caer en desgracia y resurgir de sus cenizas en más de una ocasión. Tratar de poner adjetivos a esta serie es difícil, no diría que es perfecta, pero casi; no diría que es magistral, pero casi...

Mad Men nos ha dejado entrever acontecimientos históricos que marcaron esa época, tenemos el ejemplo del asesinato de Martin Luther King, y además nos ha deslumbrado con una puesta en escena cambiante. Adaptada no solo a cada década conforme avanza la acción, sino también año a año (ver como llegan los 70 y muchos empiezan a dejarse crecer unos enormes bigotazos y unas enormes barbas no tiene precio). Los ambientes, ya sea en las casas de los personajes, en los restaurantes o en las propias oficinas, son creaciones únicas, que podrían haber salido de una revista de decoración de entonces. 


Quizás lo que ha conseguido atraparnos desde el principio hayan sido los personajes. Sin duda, esta es la historia de Don Draper y su eterna búsqueda de una identidad propia. El alcohol, las mujeres y la publicidad son su razón de ser en este mundo, o al menos es lo que él cree. Sin embargo, Don no es el único protagonista indiscutible, pues la serie está llena de ellos.

Peggy Olson, mi queridísima Peggy. Una mujer que lucha contra los estereotipos, contra el arraigado machismo que reina en ese mundo de hombres. Ella es para mi un ejemplo a seguir en muchos aspectos y también alguien que va aprendiendo a lo largo del tiempo, cometiendo errores, enmendándolos... Su amistad con Don es para mi uno de los pilares de la serie.

Junto a ellos están el egoísta Peter Campbell, el cínico Roger Sterling, la imponente Joan Holloway, la fría Betty Draper, el excéntrico Bert Cooper... Podría seguir poniendo personajes, y poniéndoles adjetivos a todos ellos, pero no terminaría, pues cada uno de ellos es único e irreemplazable. Cada uno tiene su estilo y las circunstancias de sus vidas cambian con el contexto histórico que les ha tocado vivir. Cada uno de ellos tiene la capacidad de enseñarnos como funciona el mundo y por ello estarán siempre en mi corazón.

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