El desamor en el cine de Wong Kar Wai

Wong Kar-Wai es el cineasta hongkones más galardonado y alabado tanto por la crítica como por los espectadores. Mi idilio con su cine comenzó ya hace mucho tiempo, y de momento no me ha defraudado. Sus películas y su estilo han ido evolucionando con el paso de los años, pero hay cosas que nunca cambian, y si hay algo que caracteriza a Wong es su predilección por un tema, el tema, que no podía ser otro que el desamor.


El desamor es el centro sobre el que giran todas sus historias, desde su primera película, “As tears go by” hasta “The grandmaster”. Los amores desgraciados son el motor que lo mueve todo, podemos verlo de diferentes maneras: parejas que no se llegan a formar, como sucede en su mediometraje “La mano” o parejas rotas como sucede en “Happy together”. Sus personajes son personas desgraciadas, que viven con una herida que son incapaces de cerrar, suelen tener fijación con el pasado, el cual les resulta mucho más feliz que el presente. A veces, huyen de la felicidad, pues son incapaces de dar el paso hacia ella; Chow, el personaje de “Deseando amar” y “2046” es el caso más evidente. En muchas ocasiones, su desgracia es fruto del azar, pero en otras, es debida a sus propias decisiones, que a pesar de considerarlas correctas, son las que los llevan a la infelicidad.



El peso de mostrar estos sentimientos no solo recae en la actuación de los actores que, en mi opinión, es siempre maravillosa, sino también en los escenarios. Wong tiene un talento natural para crear espacios y emplear elementos metafóricos que intensifiquen las sensaciones de los personajes.
La ciudad, y para ser más concretos, Hong Kong, es el espacio principal donde transcurre todo. Hong Kong es para Wong lo que Manhattan para Woody Allen. Todo en ella parece melancólico, los bloques de edificios, las calles vacías, los pasillos de un hotel… Los restaurantes son típicos, todo parece confluir en ellos, los personajes de “In the mood for love” se cruzan incesantemente en las escaleras de uno de ellos, y en “Chungking Express” es donde todas las historias se acaban cruzando. La lluvia es otro elemento unido a la ciudad, y parece aportar una constante sensación de nostalgia, que estaría intrínsecamente unida con las lágrimas de los personajes. 



Me gustaría destacar las “escenas de taxi”, son frecuentes en varios de sus films, y creo que son significativas en cuanto a la relación de los dos personajes que van en el taxi. En todas las ocasiones en que los personajes de las películas van en un taxi, uno de ellos va apoyado en el hombro del otro, lo que a mi parecer significa que es ese quien es más dependiente de la relación, quizás a pesar de las apariencias. El caso más evidente sería el de la película “Happy together”, Po-Wing, a pesar de ser quien tiene un carácter más duro, uno acaba dándose cuenta de que necesita mucho más su relación con Lai Yu-Fai, que este, que en un principio parecía un personaje menos fuerte.

Los actores, que representan esa sensación de vacío existencial a la perfección con una inexpresividad pasmosa, junto con los elementos escenográficos, y la música, como los tristes tangos de Astor Piazzola no fueron elegidos al azar (os dejo el vídeo con la música de uno de ellos abajo), contribuyen a la creación de historias tristes y desgarradoras. 



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