NYMPHOMANIAC (PARTE 2) de LARS VON TRIER


Aquí estoy de nuevo para hablar esta vez sobre la segunda parte de Nymphomaniac. Lo primero que debería decir es que habría tenido todo mucho más sentido si no la hubieran cortado en dos partes, pues habríamos sido capaces de verla mejor como conjunto. Después de todo, creo que en total han sido unas 4 horas y media, y si se hacen maratones de Star Wars o de El señor de los anillos con unos simples descansos a mitad, también habría sido posible hacerlo con esta película. La versión completa en realidad dura 5 horas y media, y solo será proyectada así en alguna ocasión especial, aunque espero sinceramente que cuando se edite en DVD sea esta su duración porque nos han quitado una hora entera de metraje.

Dicho esto me meto de lleno en la película, que al igual que la primera ha sido cortada sin la colaboración del director. En esta parte, Joe (Charlotte Gainsbourg) le cuenta a Seligman (Stellan Skarsgard) los tres últimos capítulos de su historia: "capítulo 6: la iglesia oriental y la iglesia occidental (el pato mudo)", "capítulo 7: el espejo", y "capítulo 8: la pistola". En ellos, excepto en algunas escenas del principio, la protagonista ya es Gainsbourg. Ha dejado atrás a la chiquilla que fue, los años pasan y pesan, y no solo para ella, pues también podemos ver como esto afecta a Jerome. A pesar de que las circunstancias de su vida han cambiado ella sigue siendo una ninfómana, sigue necesitando el sexo desesperadamente, y más aun cuando sabe que está destrozando su vida, y se va hundiendo en una espiral de degradación personal de la que será difícil salir.


Sin duda, esta parte es mucho más cruel, más turbia, y nosotros como espectadores somos perfectamente conscientes del vacío existencial de su vida, de la soledad que la invade. El desasosiego que puede llegar a provocar es enorme. La crudeza de algunas escenas hacen que incluso llegue a parecer antierótica, en especial las escenas con K (Jamie Bell). K es un hombre que se dedica a infligir una violencia consentida sobre una mujeres que acuden a él con este propósito. La relación que establece Von Trier entre el catolicismo y el sadomasoquismo es brutal. 


Al igual que la parte anterior, está plagada de metáforas de todo tipo perfectamente ilustradas por el sabio Seligman, desde como hacer un nudo hasta un icono ruso, así como referencias histórico-artísticas varias como a la Transfiguración de Rafael o a Mesalina, la mujer del emperador Claudio, al parecer la ninfómana más famosa de la Historia. La música también participa de ello, y si en la primera parte fue Bach quien tuvo mayor relevancia, en esta es Beethoven quien lleva la voz cantante. 

Si atiendo a que la película ha sido dividida en dos partes, me gustó más la primera; pero si la veo como conjunto me ha encantado. La reflexión final, gratamente feminista, ayuda a comprender bien la película y la vida de esta mujer. Obviamente si se ha visto la primera parte merece la pena verla pues ver el final es absolutamente necesario... ¡Que final por Dios! ¡Que final! Creo que he resuelto mis dudas definitivamente, no es solo que Lars con Trier esté como una cabra, es que el tío es un maldito genio.

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