MELANCOLÍA de LARS VON TRIER (2011)
¡Hola a todos!
Aquí estoy de nuevo con una
película bastante controvertida. Me refiero a “Melancolía” de Lars von Trier,
del año 2011. La película ha sido controvertida desde el principio, en primer
lugar por la temática, que hace una conjunción del drama con la ciencia ficción
de una manera muy inusitada; y en segundo lugar por su propio director, Lars
von Trier, que va provocando polémica allá donde va.
“Melancolía” comienza con un
premonitorio e hipnótico prólogo, y está dividida en dos partes bien
diferenciadas y con pocos parecidos entre sí. La primera parte se centra en
Justine (Kirsten Dunst), quien acude a la celebración de boda en casa de su
hermana Claire (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland).
Personalmente me recuerda bastante al inicio de su otra película “Rompiendo las
olas”. Esta parte se centra en la fiesta, cuyas exigencias parecen superar a la
depresiva (y algo clarividente) Justine. La segunda parte se centra en Claire,
temporalmente es posterior a la boda, y nos muestra como la familia se ve
fascinada por un misterio planeta, el planeta Melancolía, que se acerca
peligrosamente hacia la Tierra.
Ambas hermanas no podrían ser más
diferentes la una de la otra, Justine parece ser incapaz de afrontar
situaciones sociales o actividades normales de la vida cotidiana, asuntos que
se le dan mucho mejor a su hermana Claire, cuya obsesión por la perfección hace
que por otra parte le cueste más aceptar situaciones más difíciles. Sus
personalidades son totalmente opuestas, lo que le falta a la una lo tiene la
otra. Podría decirse que son como dos planetas que chocan entre sí.
Artísticamente, Lars von Trier es
fiel a su estilo habitual. De su primera etapa de Dogma 95 solo mantiene el uso
de la cámara en mano, el cual usa con frecuencia, y lo podemos apreciar
especialmente en la primera parte de la película, donde los movimientos
convulsos y desenfoques de la cámara se asemejan a la personalidad inestable de
Justine. También mantiene otra característica de Dogma como fue el rodaje en
localizaciones reales, en este caso el castillo Tjoloholm, construido al estilo
Arts and Crafts en Suecia. La fotografía es sumamente impresionante, tanto la
empleada en las escenas más costumbristas como en las más ficticias. Hay
escenas absolutamente electrizantes y que transmiten perfectamente ese estado de ánimo que es la melancolía.
La película está llena de
simbolismos, pero me ha llamado especialmente la atención una de las escenas
del prólogo en la que aparece Justine con su traje de novia en el agua y que me
ha recordado a la Ofelia de Millais. Después en una de las escenas de la
fiesta, Justine recoloca unos libros de arte de su hermana, y justo uno de
ellos lo deja abierto en una página en la que aparece dicho cuadro. Para quien
no lo sepa, Ofelia era la amada de Hamlet (en la obra homónima de Shakespeare)
que enloquece y muere ahogada.
Por último, y no por ello menos
importante, quiero hacer una breve mención a la escasa banda sonora cuyo leit
motiv es el sublime, maravilloso, increíble, magnífico… preludio de la ópera Tristan
e Isolda de Richard Wagner, que suena a lo largo de todo el film, y me parece
que es una elección fantástica para completar la atmósfera de la película.
Comprendo que esta película pueda
no gustar a todo el mundo, pero debo decir que a mí me ha gustado mucho más de
lo que pensaba, y os animo a verla pues puede que os sorprenda para bien.
Comentarios
Publicar un comentario